¿Qué se debe medir?

La calidad del aire interior es la calidad del aire que se encuentra en habitaciones cerradas, calculada según ciertos parámetros. Los principales parámetros que se tienen en cuenta para determinar la calidad del aire en los yates son la ventilación, el porcentaje de humedad en el aire y la concentración de dos de los principales contaminantes: el dióxido de carbono (CO2) y los compuestos orgánicos volátiles (COV).

Estos dos últimos son parámetros fundamentales a tener bajo control. El dióxido de carbono o CO2, normalmente producido por las actividades humanas, no debe superar determinadas concentraciones para no tener efectos negativos sobre nuestra salud.

De la misma manera, se deben monitorear los COV, los compuestos orgánicos volátiles que se liberan al aire interior de muebles, pegamentos, solventes.

También debe recordarse que incluso el aire exterior está contaminado debido al smog, el polvo fino y el polen que ingresa al yate.

Por lo tanto, los factores que influyen en la calidad del aire interior son muchos, incluidos muchos que se pasan por alto porque se desconoce su efecto en el ambiente interior.

Las actividades diarias que se desarrollan en un barco son suficientes para producir contaminantes potencialmente dañinos para nuestra salud: ducharse produce humedad, cocinar e incluso respirar normalmente genera dióxido de carbono y humedad. Este hecho, si es superior al 40-60% no es ideal y pueden proliferar bacterias, ácaros y virus aumentando el riesgo de diversas patologías y enfermedades.

Hay muchas sustancias nocivas que se crean en el yate todos los días, como el mencionado dióxido de carbono, también producido por nuestra respiración. En nuestros yates también hay polvo fino, bacterias, virus, ácaros, metales pesados y mucho más, aquí tienes una especie de clasificación de los principales contaminantes del aire doméstico.

Los compuestos orgánicos volátiles, llamados VOC: estos son químicos como solventes y emitidos sustancialmente por las pinturas utilizadas para el acabado de muebles y muebles. No solo eso, estos contaminantes también provienen de los detergentes que se utilizan para la limpieza diaria y algunos también contienen gasolina, o derivados de esta. La sustancia VOC más conocida y dañina es el formaldehído, un gas de olor irritante pero silencioso, a menudo presente en adhesivos y pinturas, capaz de dispersarse continuamente en el aire incluso después de muchos años, sin que el propietario del yate se dé cuenta.

Exceso de humedad y temperaturas inadecuadas: Al igual que los contaminantes químicos, estos elementos también influyen en la salud interior. Como se mencionó, los niveles de humedad de la casa no deben exceder el 40-60% y la temperatura nunca debe ser demasiado alta, en promedio no más de 20-22 ° C según sea necesario. Las altas temperaturas y la humedad pueden favorecer la proliferación de mohos, bacterias y hongos nocivos para la salud y muchas veces imperceptibles a simple vista.

Dióxido de carbono, CO2: ya mencionado varias veces, es producido no solo por el hombre.

Polvos finos: incluso en los yates existen polvos finos, los mismos que determinan la contaminación del aire de las ciudades. Por tanto, encontraremos el PM10 y el PM2.5 más pequeño, partículas compuestas por partículas microscópicas e invisibles a simple vista. Estos pueden penetrar fácilmente en nuestra nariz, laringe, bronquios y pulmones, provocando a la larga problemas de salud más o menos graves.